Cuando se habla de un barco o crucero que se hundió por chocar o golpear un iceberg, regularmente viene a la mente el hundimiento del Titanic. El viernes pasado se hundió otro gran crucero en las aguas del Atlántico sur cerca al país de Argentina. Esta embarcación se llamaba: Explorer.
Aún que estas naves son bien diseñadas y son capaces de navegar miles de kilómetros por los mares, siempre tienen una debilidad. Cuando viajamos en un barco, un carro, autobús, avión, etc., debemos tomar en cuenta que ese vehículo tiene debilidades.
Aún el pueblo de Israel, comandado por Dios y teniendo grandes líderes como Moisés, Josué, David, Salomón y muchos más, tenía sus debilidades. El profeta Isaías habla de su pueblo de esta manera:
ISAÍAS 1
2 ¡Oigan, cielos! ¡Escucha, tierra!
Así dice el Señor:
«Yo crié hijos hasta hacerlos *hombres,
pero ellos se rebelaron contra mí.
3 El buey conoce a su dueño
y el asno el pesebre de su amo;
¡pero Israel no conoce,
mi pueblo no entiende!»
4 ¡Ay, nación pecadora,
pueblo cargado de culpa,
generación de malhechores,
hijos corruptos!
¡Han abandonado al Señor!
¡Han despreciado al *Santo de Israel!
¡Se han vuelto atrás!
5 ¿Para qué recibir más golpes?
¿Para qué insistir en la rebelión?
Toda su cabeza está herida,
todo su corazón está enfermo.
6 Desde la planta del pie hasta la coronilla
no les queda nada sano:
todo en ellos es heridas, moretones,
y llagas abiertas,
que no les han sido curadas ni vendadas,
ni aliviadas con aceite.
7 Su país está desolado,
sus ciudades son presa del fuego;
ante sus propios ojos
los extraños devoran sus campos;
su país está desolado,
como si hubiera sido destruido por extranjeros.
8 La bella *Sión ha quedado
como cobertizo en un viñedo,
como choza en un melonar,
como ciudad sitiada.
9 Si el Señor *Todopoderoso
no nos hubiera dejado algunos sobrevivientes,
seríamos ya como Sodoma,
nos pareceríamos a Gomorra.
Pudiera hacer una lista de amigos, hermanos en Cristo que ya no están más en sus filas solo por el hecho de navegar en aguas peligrosas haciéndose ellos mismo los capitanes de su embarcación.
Si en este momento navegamos en aguas peligrosas, salgamos de ellas y vallamos a Cristo como también nos invita el profeta Isaías:
ISAÍAS 1
18 »Vengan, pongamos las cosas en claro
—dice el Señor—.
¿Son sus pecados como escarlata?
¡Quedarán blancos como la nieve!
¿Son rojos como la púrpura?
¡Quedarán como la lana!
19 ¿Están ustedes dispuestos a obedecer?
¡Comerán lo mejor de la tierra!
Los pasajeros del "Explorer" tomaron los botes salvavidas y navegaron por 3 o 4 horas hasta que el crucero "Nordnorge" los rescato de las frías aguas. Siempre hay salvación, Cristo es nuestra Salvación.
Dios sea contigo. Amén.