Con este escrito quiero llevarlos a pensar algo que Dios puso en mi cabeza y quiero compartirlo con ustedes.
Este es mi último semestre en la Facultad de Música. aben que cuando comenzó este último semestre mis compañeros y yo platicábamos acerca de que es lo que vamos a hacer para la celebración del fin de la carrera como licenciados en música; la cena, los invitados, el viaje, la entrega de papelería, la tesis, las materias pendientes, el dinero, etc...claro que sin dejar de ver el semestre el cual cursamos con sus materias, trabajos y tareas.
Colectivamente como individualmente comenzó una preparación para que al mero día de la fiesta no tengamos pendiente algo. También los maestros participan en esto. Nos preguntan cómo vamos, qué nos falta, nos dan su apoyo de palabra, de idea y prácticamente. Viendo el momento del final de la carrera ¿cómo no habría de suceder esto?: La preparación y así trabajar a marchas forzadas.
Delante de nuestros ojos aparecen uno a uno los acontecimientos que la Palabra de Dios y su profeta han anunciado. El curso de la historia sigue al final de ella. No lo podemos parar. ¿Qué debería de suceder?: La preparación y así trabajar a marchas forzadas.
Recuerdo un correo que me llegó de una amiga hace 7 años aproximadamente en el cual el presidente de los Estados Unidos declaraba a algunos pastores Adventista que la ley dominical para este país ya existía desde "antes que yo llegara a ser presidente". También decía que lamentablemente venían "tiempos difíciles para ustedes" (los Adventistas del 7º día).
Recuerdo también haber visto en la televisión por esos días al máximo dirigente de la iglesia popular (el cual ya murió), en unos de sus discursos diciendo: "no tengáis temor, para este nuevo milenio al la humanidad le espera paz y seguridad" (1 Tes. 5:3).
Solo quiero recordar las palabras que dijo el hermano Cuauhtémoc una vez desde el púlpito: "Qué estamos esperando que suceda si ya todo lo que se profetizó ya sucedió, terremotos ya hay, las estrellas ya cayeron, la luna ya se puso como sangre, qué más esperamos."
Ahora que vemos que el tiempo de la 2ª. venida de nuestro Señor y Salvador Jesucristo está más cerca, los invito hermanos a no descuidar la preparación.
Dios siga con ustedes y con sus familias.
